miércoles, 24 de abril de 2013

Decálogo de la serenidad

1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los problemas de mi vida, todo a la vez.

2. Sólo por hoy tendré máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie, no pretenderé criticar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.

3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.

4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.

5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la lectura es necesaria para la vida del alma.

6. Sólo por hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie.

7. Sólo por hoy haré alguna cosa que no desee hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se dé cuenta.

8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Puede que no lo cumpla totalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

9. Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más en el mundo existiera.

10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de disfrutar de lo que es bello y de creer en la bondad.


Fuente: Beato Juan XXIII

sábado, 24 de noviembre de 2012

Emprender es tomar decisiones



El mayor cambio que notas cuando te conviertes en emprendedor es que de repente tú tienes que tomar todas las decisiones. Va a ser tu actividad más importante porque decisión a decisión marcarás el rumbo de tu empresa. Sin embargo, no te debe robar demasiado tiempo, también tendrás un montón de tareas operativas que realizar. Si estuviéramos hablando de una gran empresa, como directivo deberías centrarte en la estrategia pero, no nos engañemos, como emprendedor tienes que ser capaz tanto de decidir como de ejecutar y ambas cosas hacerlas rápido.

Te encontrarás decisiones complicadas, la primera el propio salto a ser emprendedor y justo después qué servicios ofrecer, a qué clientes dirigirte, a cuáles no y a que proyectos dar prioridad. La mayoría serán sencillas como elegir entre escribir un email o llamar a un cliente, qué hacer hoy, ir o no a ese congreso o jornada o cuándo quedar con un contacto.

A priori, incluso las estratégicas parecen abordables, lo realmente complicado es que tienes que tomarlas tú todas, decenas al día, sin ningún escudo o jefe al que preguntar. En este artículo encontraras algunos consejos que te ayuden en cada decisión.

1. Si tienes que decidir, decide

Sin duda, este es el primer consejo: No lo pospongas más, quizás incluso estás perdiendo el tiempo consultando artículos como éste con consejos para decidir. Eso se llamaprocrastinar. Simplemente hay que decidir y hacer, cuesta menos probar y equivocarse que sobreanalizar. Si has elegido mal, en el primer caso ganas experiencia y en el segundo has perdido el tiempo.

Ten en cuenta que quizás el coste de todo el proceso de ensayo y error tras la primera decisión rápida que tomes es menor que el coste que puede sumar invertir tanto tiempo en analizar cada opción. Aunque en el segundo caso el riesgo es un poco menor, aún sigue ahí, no puedes saberlo ni controlarlo todo. Lo puedes ver en la siguiente curva, aunque sigas dedicando tiempo a analizar, ese esfuerzo cada vez reduce menos el riesgo de tomar la decisión.


No todas las decisiones son iguales, en algunas te bastará lo que sabes para llegar al límite de utilidad en el que ya no merece la pena analizar más y en otras tendrás que investigar tanto que ese límite te será muy difícil de alcanzar. Hay un tipo de perfeccionismo que sí es bueno, pero este no es el caso.
2. Ten claro el problema

Cada decisión nace de un problema que hay que resolver. Para tomar la decisión correcta, el primer paso es definirlo correctamente sino corremos el peligro de decidir en base a unas premisas falsas. Aquí, si puedes, tómate algo de tiempo en plantear correctamente el tema sobre el que tienes que decidir. Sé objetivo, si tienes a priori alguna alternativas favoritas puedes contaminar todo el proceso.
3. Recuerda tus objetivos

No te olvides de tu estrategia, de hacia dónde quieres llevar tu empresa. No se trata de hacer un plan de negocio de 100 páginas, sino de tener claro tus objetivos. Estos deben servir de vara de medir, una brújula válida para comparar cada una de las soluciones que tengas planteadas. Pero deben ser metas realistas, no al estilo de las manidas misión y visión.
4. Son desafíos, no amenazas

La actitud con la que te enfrentes al problema también afectará a tu decisión. ¿Lo ves como un reto o como una amenaza? Los retos son desafíos que nos motivan a solucionarlos, las amenazas nos asustan y buscamos más protegernos que resolverlas. ¿Te quieres proteger o quieres solucionarlo de verdad?

5. Se flexible y ágil

A la hora de decidir, ten en cuenta que como emprendedor una de tus mayores ventajas competitivas frente a un gigante es tu flexibilidad. Puedes ser mucho más dinámico que ellos y modificar tu decisión conforme avances, incluso retroceder rápidamente y tomar otro camino. Tu coste de equivocarte es mucho menor que el de ellos: puedes hacerlo más veces y en mucho menos tiempo. Si no conoces la filosofía lean startup, te recomiendo que leas sobre ella, te abrirá mucho los ojos en este punto.
6. Sin error no hay aprendizaje

Por último, debes asumir que equivocarte es parte del proceso de tomar decisiones y que no pasa absolutamente nada. Decidir es una actividad constante entre las tareas del emprendedor y no siempre tienes tiempo para hacer un análisis profundo. Tomas las decisiones cuando la tienes que tomar y con la información que tienes hasta ese momento. En un mundo perfecto tendrías tiempo infinito para conseguir toda la información, pero ni tú ni el mundo sois perfectos. Si te equivocas, no te tortures, sigue adelante y a por la siguiente decisión.
Fuente: http://emprendedores.ticbeat.com

Los aburridos no triunfan nunca

Si la rutina se adueña de su quehacer diario y nada le anima a seguir dando lo mejor de sí mismo, ha caído sin remedio en el aburrimiento profesional, el peor enemigo del éxito. La principal causa de este tedio es la ausencia de desafíos. Trate de encontrar alguno que le motive, dentro o fuera de su empresa, sino caerá en la insatisfacción crónica, un tipo de estrés que no le beneficia ni personal ni profesionalmente.


Dicen que el aburrimiento profesional viene de repente, por eso conviene estar alerta: es uno de los peores venenos para el éxito profesional. Lo que se impone en esta situación es la reinvención profesional. ¿Está satisfecho con sus progresos profesionales? Ésta es la primera pregunta que propone el coach Miguel J. Roldán para darse cuenta. El también presidente de The International School of Coaching (Tisoc) plantea a los directivos proclives al tedio otra cuestión: ¿A veces piensa que quiere hacer algo diferente?

Si su respuesta a la primera pregunta es un ‘no’, y a la segunda contesta con un rotundo ‘sí’, lo más probable es que el aburrimiento se esté empezando a establecer en su quehacer diario. Fernando Botella, Ceo de Think & Action, advierte que un profesional en activo dedica media hora a trabajar, el 45% de su tiempo, “demasiado para no divertirnos con lo que hacemos. Especialmente si tenemos en cuenta que del 55% restante, un 33% lo pasamos durmiendo”.

“Muchas personas están desarrollando un trabajo que les permite vivir y satisfacer sus necesidades, sin importarles demasiado su desarrollo profesional”

¿Por qué se aburre?
No cumplir esta regla que propone este experto en gestión de personas entra dentro de la normalidad. Lo que hay que procurar es no aburrirse y aprovechar el tiempo al máximo. Botella señala que “el aburrimiento aparece en lo que denominamos modelos de infraexigencia, es decir, cuando las habilidades de los profesionales que están a disposición de la empresa y demanda de profesionales no están alineadas”. El error que se comete en estos casos es que “los miembros de un equipo se dedican a tareas por debajo de su nivel”.

Javier Mateos, director general de Think & Go, señala que la falta de miras y de objetivos a medio plazo son los motivos que causan la desidia laboral: “Muchas personas están desarrollando un trabajo que les permite vivir y satisfacer sus necesidades, sin importarles demasiado su desarrollo profesional”. En su opinión, “existe muy poco compromiso con la empresa y se piensa que, si se trabaja activamente, es la organización la que gana, no la persona”.

Algunas de la recomendaciones de Botella para evitar llegar a esta situación son: seleccionar de forma adecuada a los profesionales, “en función del puesto que vayan a ocupar”; capacidad para brindar a los colaboradores nuevos retos y aprendizajes; buscar estímulos motivadores de forma personalizada; y, por último, propone “no confundir delegar con transferir la ejecución de las tareas, sin la correspondiente responsabilidad que también suponen”.

Guía para sobrevivir al aburrimiento

Seguro que conoce a algún profesional que está anclado en el confort, “acomodado en aquello que siempre ha hecho, aunque no le satisfaga”, como explica Botella. Roldán señala que “el flow (fluir) es en realidad el estrés positivo que todos necesitamos, equidistante de la ansiedad y del aburrimiento (ambos estrés negativo). El equilibrio está en el justo medio”. El presidente de Tisoc propone cinco puntos para sobrevivir al aburrimiento, reinventarse y tener éxito profesional. ¡Atrévase a redirigir su rumbo!

1.Deje el miedo a un lado. La clave está en experimentar, aprender algo nuevo.

2.Identifique las áreas de la carrera que quiere recuperar. Es necesario tener claro qué ámbitos de su vida le impiden alcanzar sus objetivos. Cuando tenga definido su reto, podrá atacar lo que no funciona.

3.Cree un nuevo plan de carrera. Le ayudará a mantenerse enfocado y le servirá de guía. Este itinerario debe incluir lo que quiere cambiar en su vida y en su carrera, y los beneficios que le aportará el cambio.

4.Llevar a cabo el plan. Ponga en práctica las medidas que se ha propuesto. Mantenga una actitud positiva y tenga confianza en usted mismo.

5.Encuentre y desarrolle un sistema de apoyo. Reclute a las personas más adecuadas para emprender el camino hacia el éxito, que le ayuden a mantener el foco y le proporcionen el apoyo suficiente para seguir adelante.

Fuente: Expansión.com / 20.11.2012 / Montse Mateos

¿Qué clase de emprendedor eres?

En un artículo del diario Expansión desglosan a los empresarios y sus personalidades.

Conseguir que una empresa salga adelante tiene que ver con el empeño del emprendedor. Su actitud significa el 60% de la productividad y la competitividad de la start up. Y si no te comportas de forma adecuada, un pequeño resbalón puede dar al traste con el mejor proyecto. Y también tienes que recordar que no todos los emprendedores son empresarios.

Javier Fuentes Merino, cofundador y director general de la empresa de marketing, Grupo Venta Proactiva, apunta que “no es necesario tener una superidea, sino una razonable y un buen análisis de costes, ingresos y de mercado” ”

Muchos emprendedores están preparados para esto y mucho más al márgen de su personalidad. Descubre que tipo eres tú, y cómo lo han hecho otros…Aquí te dejamos los diferentes tipos de emprendedores que analiza Expansión.

Apasionado:

El amor y la pasión por el negocio son algunos de los sentimientos que definen a muchos empresarios Fuentes Merino incluye en esta categoría a Quique Sarasola, fundador de la cadena hotelera Room Mate. Si éste es tu caso es conveniente no obstante que manejes con cierta cautela el sentimiento que puede llegar a cegarte si tienes que tomar una decisión que pueda dañar el negocio, aunque suponga un beneficio futuro para el desarrollo del mismo.

Absoluto:

Henry Ford era el ejemplo del líder absoluto. Pionero en la industria automovilística por implantar la cadena de producción en sus fábricas. Este emprendedor fue capaz de combinar la presión y la creatividad de un empresario con los principios del liderazgo.

Artista:

Emocional e introvertido. Estos son los atributos que definen a estos empresarios, según Juan Carlos Cubeiro, socio director de Ideo Business. Incluye en este grupo a los diseñadores de moda Custo Dalmau y Ágatha Ruiz de la Prada.

Ejecutor:

Tiene claros sus objetivos y los perseguirá a toda costa, por eso es tildado de visionario. Steve Jobs por ejemplo forma parte de este grupo.

Gestor:

Su capacidad de gestionar tareas y procesos contrasta con el justiciero.

Compulsivo:

Su afán emprendedor puede ser la peor virtud para consolidar una compañía, pero su creatividad para lanzar start ups les hace únicos.

Oculto:

Amancio Ortega siempre ha preferido ocupar un segundo plano y nunca busca el protagonismo. Aún así es uno de los empresarios más conocidos en el ámbito internacional por el éxito de su marca.

“Business Angel”:

Es el innovador nato que toda start up desea como aliado.

Mediático:

Aunque algunos de ellos son denostados por un exceso de protagonismo, es precisamente su habilidad para tratar con las personas lo que les convierte en triunfadores.

Flexible:

Si no eres capaz de adaptarte al entorno, tienes los días contados como emprendedor. Uno de los ejemplos de este tipo de emprendedor es Juan Roig, presidente de Mercadona que en 2008 supo adaptar su modelo al entorno económico. Adaptó los precios y redujo su catálogo de productos para conseguirlo.

Y ahora que lo has leído, ¿qué tipo de emprendedor eres?

Fuente: El garage de Budget

martes, 20 de noviembre de 2012

El mejor monólogo de la Historia-Leo Harlem ( HD )

No me cansaré nunca de verlo.

Una visión de la vida que te llena de alegría

Las esperas

"La Felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos, sino cuando disfrutamos de lo que tenemos"

¿Por qué no lo aplicamos? Vaya usted a saber! Con lo sencillo que es dar las gracias a las pequeñas cosas que nos rodean y que nos pasan desapercibidas; una simple sonrisa, un buenos días, un que tal como estas y tantas y tantas cosas que hoy en día nos cuesta. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Una despedida elegante

 Antonio Pamos, Presidente de ActualRH

Seamos originales y, en lugar de hablar de buscar empleo, hablemos de cómo dejarlo.

Permítanme comenzar con una obviedad: cuando un trabajador rompe su vinculación laboral con su empleador, puede ser porque prescindan de sus servicios o bien porque el trabajador busque nuevos aires. En ambas circunstancias, las cosas se pueden hacer de manera elegante o innoble.

Se denomina “Despido interior” a ese momento en que se es consciente de que el lazo emocional que le unía a su empresa se ha roto. Se trata de un punto de no retorno donde se empiezan a buscar de manera consciente otras oportunidades para dar el salto a un nuevo proyecto.

Cambiar de proyecto no sólo es lícito sino, también, necesario. Debería ser, incluso, obligatorio. Ampliar el bagaje profesional en diferentes entornos laborales, con compañeros diversos y nuevos objetivos enriquece personal y profesionalmente.

Pero, una vez que esa nueva oportunidad laboral es un hecho, ¿cómo debe hacerse la salida para no cargar la espalda de enemigos? Aquí van unos consejos de “urbanidad laboral”:

Antelación
No espere al último momento. No busque la sorpresa, el impacto. Deje entre dos y cuatro semanas entre el aviso y la salida.

Negociación
Cierre bien todos los aspectos contractuales: vacaciones pendientes, comisiones, liquidaciones, etc. Así evitará flecos y en el peor de los casos judicializar la salida.

Reemplazo
Proponga colaborar en la búsqueda de su sustituto. Usted conoce su puesto mejor que nadie.

Capacitación
Si surge la oportunidad haga un exhaustivo traspaso de tareas a quien vaya a reemplazarle.

Implicación
No desaparezca sus últimos días. Es cierto que estará menos motivado y con la cabeza en su nuevo proyecto pero intente seguir siendo el profesional que fue.

Cierre
Intente dejar completadas todas las tareas posibles y en aquéllas que quedan abiertas deje información suficiente para continuarlas.

Salida
Antes de cerrar la puerta a su espalda, asegúrese de que tiene la información de contacto de exjefes y excompañeros que pueden ser útiles en el futuro para alimentar su red de intereses.

Hasta aquí la parte rosa del cambio de trabajo.

Muchos han experimentado el lado más oscuro que hace imposible cumplir con los puntos anteriores. Los más habituales son:

  • Salida inmediata. Recoja sus cosas y márchese ya.
  • Puede encontrar envidias y recelos con sus compañeros, sobre todo si abandona una empresa con un mal clima. Puede ser visto como un desertor.
  • Rechace cualquier contraoferta. Está comprobado que sólo alargan un poco más la agonía y nadie sale beneficiado de esa situación.
  • La entrevista de salida puede ser un arma de doble filo. Usted ya se ve fuera y puede despotricar contra toda la organización. Tenga cuidado, porque a la gente que se queda no le gustará conocer su opinión.

Aun en la situación más adversa nunca pierda el tipo ni la elegancia. Aguante el tirón, obtenga un aprendizaje de esos últimos momentos y, una vez fuera, vuelque todo su esfuerzo en su nuevo proyecto.

No olvide que agua pasada no mueve molino.

Fuente: http://www.rrhhdigital.com / Antonio Pamos, Presidente de ActualRH

Las emociones tienen un impacto de hasta un 25% en los resultados de una empresa

El autor Daniel Goleman, en su best seller Inteligencia Emocional, asegura que las emociones tienen un impacto de hasta un 25% en los resultados de una empresa. El cómo se vivan las emociones y cuál sea el estado de ánimo predominante en sus trabajadores impacta e influye en la eficacia y la productividad global porque, en palabras de Ovidio Peñalver, coach ejecutivo y autor del libro Emociones colectivas: la inteligencia emocional de los equipos: “Los profesionales antes que profesionales somos personas y cuando más plenos y serenos nos sintamos mejor desempleño tendremos”.

Las tendencia imperante del trabajador en la empresa es de contener sus emociones, no expresarlas, caparlas y luego, cuando acaban saliendo, porque antes que trabajadores somos personas, lo hacen de forma desmesurada, como un volcán en erupción, en palabras de Ovidio: “Hemos comprado la idea de que los profesional es no mostrar las emociones en el ámbito empresarial pero antes que trabajadores somos personas y no podemos ir contra natura”.

Empresas con recursos similares, en un entorno parecido, pueden tener grandes diferencias en sus resultados; muchas son las variables que pueden influir en esto (plan estratégico definido, cantidad y calidad del portafolio de productos, cultura y calidad directiva, etc.), entre las que se encuentra la emocionalidad colectiva de esa empresa. Gestionar las emociones, tanto a nivel individual como grupal, es un reto y un valor diferencial de la empresa moderna: “Uno de los retos de un directivo o de un líder es abogar por espacios emocionalmente sostenibles que liberen talento”, afirma Peñalver.

Las empresas que se preocupan por la gestión emocional de sus trabajadores son una gran minoría creciendo, por el momento, la gran mayoría lo hace a través de coaching, formaciones y talleres de liderazgo sobre cómo incorporar una cultura emocionalmente sostenible. El perfil del líder inteligente emocionalmente es un líder que practica la asertividad: escucha activamente, no interrumple, indaga y pregunta, entabla conversaciones sinceras, le da espacio y tiempo a hablar de emociones, muestra signos de afecto y es empático; buscando siempre un tiempo y lugar para que estos factores puedan darse y así no correr el riesgo de confundir la empresa con una pandilla de amigos.

¿Qué puede hacer el coaching en este terreno? Cada vez hay más evidencias de cómo una cultura empresarial emocionalmente sostenible es más ecológica y rentable, para los trabajadores, para la empresa y para la sociedad. El coaching, tanto cuando trabaja con personas de manera individual, como cuando lo hace con equipos (sean departamentos, equipos de proyecto o comités de dirección), provoca la toma de conciencia de cuál es la emocionalidad desde la que se actúa, así como el diseño de acciones para gestionarla.

Fuente: RRHH Digital/Portada/Secciones/Liderazgo