miércoles, 24 de abril de 2013

Decálogo de la serenidad

1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los problemas de mi vida, todo a la vez.

2. Sólo por hoy tendré máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie, no pretenderé criticar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.

3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.

4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.

5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la lectura es necesaria para la vida del alma.

6. Sólo por hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie.

7. Sólo por hoy haré alguna cosa que no desee hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se dé cuenta.

8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Puede que no lo cumpla totalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

9. Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más en el mundo existiera.

10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de disfrutar de lo que es bello y de creer en la bondad.


Fuente: Beato Juan XXIII

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