El mayor cambio que notas cuando te conviertes en emprendedor es que de repente tú tienes que tomar todas las decisiones. Va a ser tu actividad más importante porque decisión a decisión marcarás el rumbo de tu empresa. Sin embargo, no te debe robar demasiado tiempo, también tendrás un montón de tareas operativas que realizar. Si estuviéramos hablando de una gran empresa, como directivo deberías centrarte en la estrategia pero, no nos engañemos, como emprendedor tienes que ser capaz tanto de decidir como de ejecutar y ambas cosas hacerlas rápido.
Te encontrarás decisiones complicadas, la primera el propio salto a ser emprendedor y justo después qué servicios ofrecer, a qué clientes dirigirte, a cuáles no y a que proyectos dar prioridad. La mayoría serán sencillas como elegir entre escribir un email o llamar a un cliente, qué hacer hoy, ir o no a ese congreso o jornada o cuándo quedar con un contacto.
A priori, incluso las estratégicas parecen abordables, lo realmente complicado es que tienes que tomarlas tú todas, decenas al día, sin ningún escudo o jefe al que preguntar. En este artículo encontraras algunos consejos que te ayuden en cada decisión.
1. Si tienes que decidir, decide
Sin duda, este es el primer consejo: No lo pospongas más, quizás incluso estás perdiendo el tiempo consultando artículos como éste con consejos para decidir. Eso se llamaprocrastinar. Simplemente hay que decidir y hacer, cuesta menos probar y equivocarse que sobreanalizar. Si has elegido mal, en el primer caso ganas experiencia y en el segundo has perdido el tiempo.
Ten en cuenta que quizás el coste de todo el proceso de ensayo y error tras la primera decisión rápida que tomes es menor que el coste que puede sumar invertir tanto tiempo en analizar cada opción. Aunque en el segundo caso el riesgo es un poco menor, aún sigue ahí, no puedes saberlo ni controlarlo todo. Lo puedes ver en la siguiente curva, aunque sigas dedicando tiempo a analizar, ese esfuerzo cada vez reduce menos el riesgo de tomar la decisión.
No todas las decisiones son iguales, en algunas te bastará lo que sabes para llegar al límite de utilidad en el que ya no merece la pena analizar más y en otras tendrás que investigar tanto que ese límite te será muy difícil de alcanzar. Hay un tipo de perfeccionismo que sí es bueno, pero este no es el caso.
2. Ten claro el problema
Cada decisión nace de un problema que hay que resolver. Para tomar la decisión correcta, el primer paso es definirlo correctamente sino corremos el peligro de decidir en base a unas premisas falsas. Aquí, si puedes, tómate algo de tiempo en plantear correctamente el tema sobre el que tienes que decidir. Sé objetivo, si tienes a priori alguna alternativas favoritas puedes contaminar todo el proceso.
Cada decisión nace de un problema que hay que resolver. Para tomar la decisión correcta, el primer paso es definirlo correctamente sino corremos el peligro de decidir en base a unas premisas falsas. Aquí, si puedes, tómate algo de tiempo en plantear correctamente el tema sobre el que tienes que decidir. Sé objetivo, si tienes a priori alguna alternativas favoritas puedes contaminar todo el proceso.
3. Recuerda tus objetivos
No te olvides de tu estrategia, de hacia dónde quieres llevar tu empresa. No se trata de hacer un plan de negocio de 100 páginas, sino de tener claro tus objetivos. Estos deben servir de vara de medir, una brújula válida para comparar cada una de las soluciones que tengas planteadas. Pero deben ser metas realistas, no al estilo de las manidas misión y visión.
No te olvides de tu estrategia, de hacia dónde quieres llevar tu empresa. No se trata de hacer un plan de negocio de 100 páginas, sino de tener claro tus objetivos. Estos deben servir de vara de medir, una brújula válida para comparar cada una de las soluciones que tengas planteadas. Pero deben ser metas realistas, no al estilo de las manidas misión y visión.
4. Son desafíos, no amenazas
La actitud con la que te enfrentes al problema también afectará a tu decisión. ¿Lo ves como un reto o como una amenaza? Los retos son desafíos que nos motivan a solucionarlos, las amenazas nos asustan y buscamos más protegernos que resolverlas. ¿Te quieres proteger o quieres solucionarlo de verdad?
La actitud con la que te enfrentes al problema también afectará a tu decisión. ¿Lo ves como un reto o como una amenaza? Los retos son desafíos que nos motivan a solucionarlos, las amenazas nos asustan y buscamos más protegernos que resolverlas. ¿Te quieres proteger o quieres solucionarlo de verdad?
5. Se flexible y ágil
A la hora de decidir, ten en cuenta que como emprendedor una de tus mayores ventajas competitivas frente a un gigante es tu flexibilidad. Puedes ser mucho más dinámico que ellos y modificar tu decisión conforme avances, incluso retroceder rápidamente y tomar otro camino. Tu coste de equivocarte es mucho menor que el de ellos: puedes hacerlo más veces y en mucho menos tiempo. Si no conoces la filosofía lean startup, te recomiendo que leas sobre ella, te abrirá mucho los ojos en este punto.
A la hora de decidir, ten en cuenta que como emprendedor una de tus mayores ventajas competitivas frente a un gigante es tu flexibilidad. Puedes ser mucho más dinámico que ellos y modificar tu decisión conforme avances, incluso retroceder rápidamente y tomar otro camino. Tu coste de equivocarte es mucho menor que el de ellos: puedes hacerlo más veces y en mucho menos tiempo. Si no conoces la filosofía lean startup, te recomiendo que leas sobre ella, te abrirá mucho los ojos en este punto.
6. Sin error no hay aprendizaje
Por último, debes asumir que equivocarte es parte del proceso de tomar decisiones y que no pasa absolutamente nada. Decidir es una actividad constante entre las tareas del emprendedor y no siempre tienes tiempo para hacer un análisis profundo. Tomas las decisiones cuando la tienes que tomar y con la información que tienes hasta ese momento. En un mundo perfecto tendrías tiempo infinito para conseguir toda la información, pero ni tú ni el mundo sois perfectos. Si te equivocas, no te tortures, sigue adelante y a por la siguiente decisión.
Por último, debes asumir que equivocarte es parte del proceso de tomar decisiones y que no pasa absolutamente nada. Decidir es una actividad constante entre las tareas del emprendedor y no siempre tienes tiempo para hacer un análisis profundo. Tomas las decisiones cuando la tienes que tomar y con la información que tienes hasta ese momento. En un mundo perfecto tendrías tiempo infinito para conseguir toda la información, pero ni tú ni el mundo sois perfectos. Si te equivocas, no te tortures, sigue adelante y a por la siguiente decisión.
Fuente: http://emprendedores.ticbeat.com