El hombre es un animal de costumbres al que no le gustan los cambios. Se siente muy a gusto en su zona de confort y en general prefiere quedarse con lo conocido y así evita tener que adaptarse. Obviamente el nivel de resistencia es distinto en cada persona. Hay personas que creen fielmente en cambio y se ofrecen incluso a ser embajador del mismo. Otras hay que convencerlas y ayudarlas en su proceso de adaptación. Y, como no, hay personas que simplemente no quieren cambiar.
La cosa se complica aún mas si tenemos en cuenta todos los stakeholders de la empresa: accionistas, empleados, proveedores, clientes, etc… todos ellos se ven afectados, directa o indirectamente, por los cambios que se producen a diario en cualquier organización y todos reaccionarán de un modo u otro, tarde o temprano.
¿Como podemos mejorar nuestra gestión de cambios y vencer la resistencia que produce? Le damos 5 pistas que le ayudarán en este proceso:
- Gestionar la inseguridad: En momentos de cambio, las personas se preguntan que pasará. Está inseguridad se trata trabajando el cambio como un proceso, explicando claramente cada una de las fases y mas importante aún traduciendo a cada persona que significa para el/ella. La gente quiere saber como le va a afectar y que se espera de el/ella.
- Gestionar la pérdida de control: En ocasiones las personas temen perder la responsabilidad que tienen o parte de ella. También puede existir miedo de no tener las competencias para afrontar la nueva situación. Involucrarle en el proceso de cambio y pedirle compromiso para que asuma un rol activo en el mismo, ayuda para vencer estos miedos.
- Gestionar los tiempos: Las probabilidades de éxito al introducir un cambio son mas altas si lo hacemos dosificando y no intentando introducir todo a la vez (Un elefante no se como de un bocado!). Otro factor de éxito es la paciencia. Hay que asumir que la organización y las personas necesitan, en términos generales, tres veces mas de tiempo para aceptar y vivir el cambio que el tiempo necesario para idear y preparar el mismo.
- Gestionar el pasado: A veces las personas se resisten a cambiar por los fracasos del pasado. No tiene sentido negar estos fracasos y es hasta bueno porque permite preguntar que hemos aprendido de ellos. También es un buen momento para honorar los éxitos cosechados. Y por último habría que recordar que vivimos el presente y que el entorno ha cambiado.
- Gestionar la carga de trabajo: Introducir un cambio con éxito precisa encontrar las personas embajadoras del proyecte y darles el tiempo necesario para trabajar el proceso de cambio. Fundamental es comprobar como se desarrollan las distintas fases del proceso lo que dará oportunidades para celebrar éxitos intermedios y seguir con energía.
Fuente: Configuras / 11th, 2012 / Jan C.M. Vos (Socio Director Configuras)
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